Ha pasado demasiado tiempo desde que escribí una crítica normal, y qué mejor que escribir la primera de 2013 con la última que vi en el cine en 2012. Una superproducción dirigida por el oscarizado Tom Hooper, un tipo que ya demostró en El discurso del rey que sabe manejar a grandes actores con mucha efectividad y permitiendo que se luzcan, pero que formalmente intenta aportar mucho más de lo que puede.
Después de las idas y venidas que ha ido teniendo la secuela de la estupenda X-men: Primera Generación, debido principalmente a la apretadísima agenda de Jennifer Lawrence, parece que la película va avanzando poco a poco. Pero no puedo evitar quedarme ligeramente desconcertado cuando leo que la intención de la Fox es basarse en el comic de 1981 Días del futuro pasado.
Para quien no les suene, Días del futuro pasado es una obra escrita por Chris Claremont, donde en el futuro la mayoría de mutantes han sido exterminados (y los que no habitan campos de concentración) y la presencia de Centinelas por todo el mundo es especialmente numerosa. Sólo quedan en pie algunos miembros de la Patrulla-X que pueden combatir la amenaza, como es el caso de Lobezno, Gatasombra, Tormenta, Magneto, Coloso, Franklin Richards y Rachel Summers. Los mutantes consiguen trasladar la mente de Gatasombra a su yo del pasado para así poder cambiar la historia.
Aparte de que adaptar esta historia me parece asombrosamente arriesgado, principalmente por temas de agendas de actores de la saga anterior (creo que Jackman ya tiene bastante con el rodaje de The Wolverine), la gracia de la nueva saga de mutantes era (creo yo) demostrar que una película de X-men puede molar sin tener a Lobezno, que hay más personajes que se pueden aprovechar, además de que, si supuestamente la secuela se ambienta allá por los años 70 o finales de los sesenta,Gatasombra ni siquiera ha nacido. Lo que realmente me consuela es que el reparto de la anterior se conserva y que Matthew Vaughn repite como director. Como no pongan Centinelas a cascoporro perderá toda la gracia.
Viñeta necesariamente adaptable a la gran pantalla.
1417 